UN ACERCAMIENTO A LA ECLESIOLOGÍA DEL PAPA FRANCISCO

El papa Francisco es jesuita, con 76 años de edad y nacido en Buenos Aires Argentina el 17 de diciembre 1936, siendo uno de los cinco hijos de un matrimonio de inmigrantes italianos: su padre Mario José Bergoglio contable y empleado en los ferrocarriles, y de Regina María Sívori ama de casa.
Jorge Mario Bergoglio se graduó como ingeniero químico y trabajó en esta profesión hasta los 21 años en que elige el camino del sacerdocio e ingresó en el seminario diocesano. El 11 de marzo 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, y completó sus estudios de Humanidades en Chile. Es ordenado sacerdote en diciembre de 1969. El 20 de mayo de 1992, san Juan Pablo II designó a Bergoglio obispo titular de la diócesis de Oca y uno de los cuatro obispos auxiliares de la arquidiócesis de Buenos Aires. El papa San Juan Pablo II lo nombró cardenal presbítero de San Roberto Belarmino el 21 de febrero de 2001 y es elegido papa el 13 de marzo de 2013.
Para hablar de la Eclesiología del papa Francisco hay que tener en cuenta cómo llego a su pontificado, pues ante el gesto de amor por la Iglesia por parte del papa Benedicto XVI, al dimitir su cargo, fue un motivo de esperanza para sobrellevar la tensión política y social pero sobre todo eclesiológica, pues la iglesia a nivel interno estaba pasando un momento difícil, que solo el tiempo ha dado las razones necesarias para comprender la entrega del pontificado a un papa que se ha convertido en un pastor destacado, en todo el orbe, al ser un servidor sencillo y muy querido, ya que antes de su pontificado, había tenido gestos de humildad y de servicio en su diócesis al visitarla a lo ancho y a lo largo, incluso trasladándose en medios de transporte público, en los quince años de su ministerio episcopal.
Este papa ha sido un poco controvertido no solo por la elección de su nombre pontificio, ya que es el primer papa en utilizar el nombre de un santo que transformó la iglesia en su momento, queriéndola reconstruir, sin olvidar a los pobres como lo fue San Francisco de Asís. Además algunos de sus gestos han demarcado su pastoral ante un mundo descristianizado, desacralizado y secularizado, dando un eco positivo no solo a los creyentes sino también a los alejados como por ejemplo: desde su primer momento de pontificado pedir que rezaran por él; mostrarse como un papa alegre; darse a conocer como un papa comunicativo al romper protocolos; manifestarse como un hombre común y corriente viajando en un carro sencillo; hincha oficial de un equipo de fútbol; destacarse como un papa que consuela a los enfermos y discapacitados; exponerse como un papa que se toma fotos con jóvenes con "selfie"; sobresalir como un papa que perdona y acoge a quienes lo maltrataron en la persecución que tuvo en su país cuando fue obispo; y acentuarse como un papa que usa zapatos tradicionales.
Todo esto de alguna manera sintetiza lo que el cardenal Claudio Hummes le dijo en el momento de su elección, de que “no se olvidara de los pobres”, y como lo dijo en su discurso a los obispos de Brasil a fines de julio del 2013, el Papa anunció:
Es necesario gestar una Iglesia reconciliadora que restaure lo que está roto y una lo que está dividido. También, hay que crear una Iglesia del corazón que anuncia la belleza de Dios de una manera atrayente y seductora. Y es importantísimo mostrar una Iglesia que usa un lenguaje sencillo.
A partir de esta directriz, sus escritos confirman una vez más lo que anunció en su discurso inaugural al querer “una iglesia pobre y para los pobres" y es por ello que quiero dar como unas pequeñas pinceladas sobre su pensamiento, apoyándome en la “Lumen Fidei”, “Evangelii Gaudium” y “Laudato si” entre otros, que nos ayude a identificar su visión de la iglesia actual.
En la “Lumen Fidei” publicada el 29 de junio del 2013, el Papa Francisco da continuidad al trabajo hecho por Benedicto XVI y comienza a dar a conocer su pensamiento sobre todo haciendo énfasis en el papel de la fe que ilumina las tinieblas del ser humano, pero cómo ésta siendo don de Dios tiene que ser alimentada dentro de la iglesia, afirmando:
Porque la Iglesia nunca presupone la fe como algo descontado, sino que sabe que este don de Dios tiene que ser alimentado y robustecido para que siga guiando su camino. El Concilio Vaticano II ha hecho que la fe brille dentro de la experiencia humana, recorriendo así los caminos del hombre contemporáneo. (Francisco, 2013, p.33)
Pero sobre todo el valor que le da a la iglesia y su misión ante el mundo, ya que ésta en sí misma es misionera y portadora de la fe cuando dice:
La fe se transmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama. Los cristianos, en su pobreza, plantan una semilla tan fecunda, que se convierte en un gran árbol que es capaz de llenar el mundo de frutos. (Francisco, 2013, p.44)
Pero ya en la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” hace un fuerte llamamiento a todos los bautizados para que, con fervor y dinamismo nuevo, lleven a los otros el amor de Jesús en un “estado permanente de misión”, venciendo “el gran riesgo del mundo actual”: el de caer en “una tristeza individualista”. El Papa invita a “recuperar la frescura original del Evangelio”, encontrando “nuevos caminos” y “métodos creativos”, a no encerrar a Jesús en nuestros “esquemas aburridos”. Es necesaria “una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están” y una “reforma de estructuras” eclesiales para que “todas ellas se vuelvan más misioneras”. Por eso como lo afirma la Evangelli Gaudium “La Iglesia « en salida » es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido” (Francisco, 2013, p39.)
Y por eso invita a “salir al encuentro y buscar a los más lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos.” (Francisco, 2013, p28.) Ese que parece excluido es lo que él mismo llama la “periferia”: lo que está afuera. “Periferias existenciales” porque son aquellos que están fuera no sólo geográficamente; sino que son aquellos que están afuera porque los hemos excluido de nuestra existencia.
Y frente a los desafíos culturales el Papa francisco hace un énfasis en rescatar a los ya bautizados mostrando una iglesia distinta que atraiga a los lejanos pasando de una pastoral de conservación a una pastoral de Evangelización cuando dice:
Además, es necesario que reconozcamos que, si parte de nuestro pueblo bautizado no experimenta su pertenencia a la Iglesia, se debe también a la existencia de unas estructuras y a un clima poco acogedores en algunas de nuestras parroquias y comunidades, o a una actitud burocrática para dar respuesta a los problemas, simples o complejos, de la vida de nuestros pueblos. En muchas partes hay un predominio de lo administrativo sobre lo pastoral, así como una sacramentalización sin otras formas de evangelización. (Francisco, 2013, p54.)
Otra mirada de su visión de la iglesia y lo que pretende a través de ella se manifiesta en su encíclica “Laudato si’ en la que la tierra “es también como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos” (Francisco, 2015, p5.) El Papa Francisco se dirige, claro está, a los fieles católicos, retomando las palabras de San Juan Pablo II: «los cristianos, en particular, descubren que su cometido dentro de la creación, así como sus deberes con la naturaleza y el Creador, forman parte de su fe» (Francisco, 2015, p56.) pero se propone especialmente entrar en diálogo con todos sobre nuestra casa común.
Hoy su espíritu ha desbordado algunos límites y ha logrado mostrar una iglesia más asequible y misericordiosa, pues ha sabido llegarles a los jóvenes y a los ancianos, a los más pobres y hasta los más ricos, y ha sabido mediar y entablar un diálogo entre la iglesia y el mundo actual. Como por ejemplo su paso por Cuba en el que hizo un llamado a la paz en Colombia; su discurso en la casa blanca al pedir que toda esta nación apoyaran las iniciativas de la comunidad internacional, para proteger a los más vulnerables del planeta; su discurso en la ONU en el que invitaba a una reforma y al establecimiento de mecanismos financieros que afronten la crisis económica, dejando ver su eclesiología de tipo incluyente, donde la iglesia no es ajena a la situación actual de mundo.
Para concluir éstas pinceladas de la eclesiología del Papa Francisco quisiera mencionar su afinidad con la pobreza predicada por San Francisco de Asís, ya que es distinta en la forma, pero se acerca al espíritu que se expresa en la sencillez y sobriedad en su vida personal y en el amor a los pobres, que a su vez es abrazar al mismo Cristo, sin dejar de lado su misión como pastor oliendo a oveja.
Bibliografía
S.S. Francisco. Encíclica “Lumen Fidei”, Editorial San Pablo. Bogotá 2013
S.S. Francisco. Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”, Editorial San Pablo. Bogotá 2014
S.S. Francisco. Encíclica “Laudatio Si”, Editorial San Pablo. Bogotá 2015
Mariano Fazio. El papa francisco claves de su pensamiento. Ediciones Rialp. 2013.
www.vatican.va/holy_father/index_sp.htm