ECLESIOLOGIA HANS KÜNG

DATOS BIOGRÁFICOS
Sacerdote y teólogo católico suizo, uno de los más controvertidos del pensamiento católico contemporáneo. Se licenció en Filosofía en 1951 y cuatro años después en Teología en la Universidad Pontificia de Roma; en 1954 se ordenó sacerdote, y en 1957 se doctoró en la Universidad de París con una tesis en la que investigaba y desarrollaba la relación de Karl Barth con el catolicismo.
Fue párroco en Lucerna, profesor en la Universidad de Tubinga, en 1960 en la facultad de Teología católica. Promovió la necesidad de una reforma de la Iglesia católica y Juan XXIII lo nombró teólogo conciliar, por lo cual participó activamente en el Concilio Vaticano II.
Abogó por un acercamiento real entre la Iglesia católica y la protestante, y defendió la necesidad de una apertura de la Iglesia al mundo moderno. Las posturas de Küng fueron haciéndose cada vez más radicales, lo que trajo como consecuencia que en 1979 la Congregación para la Doctrina de la Fe Católica dictaminara que no podía continuar ejerciendo la docencia en la Universidad, hecho que, no obstante, levantó numerosas protestas internacionales. En 1994 se analizó de nuevo su caso y se falló en contra de lo que la Congregación había dictaminado en 1979.
OBRAS
Entre sus obras, centradas en el estudio de las religiones y basadas en una sólida investigación de carácter histórico y teológico, cabe destacar (Concilio y reunificación, 1960), (Estructuras de la iglesia, 1962), (La iglesia, 1967), (24 tesis acerca de la cuestión divina, 1979), (El renacer de la teología. Una documentación ecuménica, 1987), (¿Infalible? Un interrogante, 1972) y (¿Existe Dios?, 1977).
CONCEPTO DE ECLESIOLOGÍA
Este tópico quizá sea el más controversial de Hans Küng y el que le ha traído el mayor número de críticas tanto negativas como positivas en la opinión pública mundial. La arremetida contra el dogma de fe se mantiene vigente en la iglesia católica, ha hecho que el autor suizo se ganara la enemistad de muchos católicos, especialmente de Juan Pablo II y Ratzinger, actual Benedicto XVI y le quitaran la licencia para enseñar teología católica.
La doctrina eclesiológica de Hans Küng se desarrolló contemporáneamente al Concilio, en un proceso de mutua influencia. Sin embargo, el teólogo siguió un rumbo distinto de la eclesiología conciliar hasta convertirse en un crítico severo de las conclusiones del mismo Concilio en el que él participara proponiendo un esquema eclesiológico alternativo donde uno de los ejes fundamentales es la relación entre la teología y el magisterio. Su modelo eclesiológico se funda sobre la igualdad que confiere el único don del Espíritu, y que gesta a la Iglesia como una estructura carismática “que comprende la estructura ministerial y va más allá de ella”. Así, el ministerio apostólico excede al sacramento del Orden Sagrado y es el modo en que la Iglesia toda participa de la misión apostólica hasta el fin de los tiempos.
Muestra su preferencia por las primeras cartas de Pablo. Coloca a Lucas-Hechos, Efesios y las cartas pastorales en un segundo plano como producto de una generación posterior tocada ya de un catolicismo temprano distorsionador. Utiliza también la historia, no para apoyar el magisterio oficial, sino para sugerir otras alternativas. Relata los incidentes menos edificantes para apartar al lector de la idea de una Iglesia divina e impecable. La Iglesia es el reverso de las eclesiologías clericales, juridicistas y triunfalistas del preconcilio. La Iglesia no aparece como una encarnación continuada, o un sacramento primordial, sino como una comunidad llamada a seguir y predicar el evangelio. En bastantes puntos, Küng se muestra provocador. Va a decir: Jesucristo no es, en sí, el fundador de la Iglesia.
Según los Evangelios, el hombre de Nazaret prácticamente nunca utilizó la palabra «iglesia». No hay citas de Jesús dirigiendo públicamente a la comunidad de los elegidos una llamada programática a la fundación de una iglesia. Los estudiosos de la Biblia coinciden en este punto: Jesús no proclamó una iglesia ni a sí mismo, proclamó el reino de Dios.
Küng parte de la idea que la Iglesia no la fundo Jesús, sino que se generó después de pascua remitiéndose al crucificado. Antes de pascua, con la muerte y resurrección de Jesús, según Küng se había generado un movimiento escatológico colectivo que esperaba rápidamente el fin de los tiempos y la vuelta de Cristo. Con el paso del tiempo, los seguidores de Jesús, entendieron que la pasividad de la espera debía ser remplazada por una fuerza misionera, ya que los tiempos de Dios son misteriosos.
“Desde los tiempos más antiguos hasta el presente, la Iglesia ha sido, como lo es aún, la hermandad de los que creen en Cristo, la hermandad de los que se han entregado a la persona y la causa de Cristo, testificando que se trata de la esperanza para todo hombre y mujer.
Küng entiende la palabra iglesia de la siguiente manera. Las lenguas alemanes (‘iglesia’, Kirche), el nombre se deriva del griego kyriake, ‘perteneciente al Kyrios, al Señor’, y significa la casa o la comunidad del Señor. En las lenguas romances (ecclesia, iglesia,), se deriva del vocablo griego ekklesia, la que se usa también en el Nuevo Testamento, o del vocablo hebreo Kahal, y significa ‘asamblea’ (de Dios). En este contexto, se hace referencia tanto al procedimiento de congregarse como a la comunidad congregada.
Más allá de esta discusión etimología, el autor quiere hacer notar que las palabras “asamblea”, “comunidad” e “Iglesia”, si bien son diferentes en significado, pueden aportar algo en la definición de lo que los católicos llaman Iglesia. Primero, la asamblea, al estilo griego, se refiere a un acontecimiento concreto de reunirse, dinámico; y no meramente estático. Con ello podemos afirmar, según Küng, que la Iglesia es un acontecimiento de reunión actual-eventual. Según la palabra comunidad nos remite a la idea de una reunión en un lugar y tiempo determinado, y por causa concreta. Es decir, la Iglesia no es simplemente una super organización abstracta y lejana de jerarquías, sino una reunión de personas en un contexto claro y definido. Finalmente el termino Iglesia, como lo conocemos hoy, implica la noción de una plena comunión de los miembros en servicio para todos, y no meramente una suma de asolaciones religiosas aisladas.
Kung puntualiza que hoy en día los católicos reconocen que la iglesia no son simples alcaldías o estados dentro de la Iglesia universal. Cada una, independientemente, puede defender la causa de Jesús con toda plenitud requerida.
SUCESIÓN APOSTÓLICA
La sucesión apostólica es admisible en el sentido de que la Iglesia persevera en la fe de los apóstoles, pero no porque los obispos, por su ordenación, reciban poderes apostólicos especiales. Los obispos son pastores de las iglesias locales, pero no maestros con una misión divina.
Según el teólogo Suizo, no se puede justificar la sucesión apostólica directa y exclusivamente de los Obispos por vía en la historia. Primero porque los apóstoles, testigos de Jesús, no podían ser remplazados o sustituidos, como si se tratara de jugadores en un deporte. Como testigos vivientes fueron y son únicos e irrepetibles. Por otro lado, da la premisa de que si pudieran ser remplazados, su sucesión implicaría varios servicios dentro de la comunidad de fe, no solo el del Obispo.
De acurdo con küng los Obispos se fueron imponiendo con diferentes métodos (algunos positivos otros no tanto) a los llamados maestros, predicadores y demás servicios; generando a su vez una división entre el clero y los laicos. Luego, se impuso un episcopado Monárquico, es decir, un solo Obispo sobre cierta comunidad, que tomo la forma más delante territorial. Y final mente el papado, que se colocó a un obispo sobre todo los demás.
La Iglesia según Küng debe organizarse de forma funcional y flexible, abierta a los cambios que el contexto impone, pero manteniendo la causa de Jesucristo como esencia. Así, la pregunta sobre si se puede justificar la sucesión apostólica o no, debería pasar a segundo plano y evaluar la conducta de los sucesores a la luz de Jesucristo y bajo el descernimiento de la comunidad. Si una persona sigue el ejemplo de los apóstoles, en palabra, acción, y vida, puede decirse que se merece ser portador de la sucesión.
MINISTERIOS Y SACERDOCIO
El autor suizo llama la atención de que el N.T no habla de ministerios eclesiásticos, sino de funciones como dones del Espíritu santo: apóstol, profeta, exhortados, evangelista, pastor, presbítero, etc. Los dones, carismas o servicios en el N.T son siempre basados y legitimados en la autoridad al servicio de Jesús y a la comunidad; pero no como imposición jerárquica desde arriba. Según Küng, esos dones en las escrituras pueden tener características circunstanciales en un momento determinado (lenguaje de sabiduría, consuelo, ciencia) o permanentes (profetas, diáconos, obispos, maestros, etc) en los cuales se menciona la persona que los encarna para toda la vida.
La investidura de sacerdote, para küng, refiere al sentido histórico – religioso de los sacerdotes sacrificantes judíos y paganos. Pero en cambio Jesús fue nombrado solo una vez como sacerdote en las Escrituras, y fue con la intención de clarificar que el sacerdocio entendido como el A.T está abolido por él. Así en el N.T todos los fieles son sacerdotes, eclesiásticos, clérigos, Iglesia, de la causa de Jesús. Por ende Küng, propone que el sacerdocio sea sustituido por un término más afín a su real función: Dirección de servicio.
PUEBLO DE DIOS
Lo que hace distintivo al pueblo de Dios es que cada miembro pertenece a él por el llamado de Dios. Si la iglesia es realmente el pueblo de Dios, es imposible ver el origen de la Iglesia en individuos. Iniciativa de Dios y decisión humana libre. El pueblo de Dios es un pueblo peregrino. La iglesia es todo el pueblo de Dios, toda la eclesía. En el NT la palabra laos no indica distinción entre sacerdotes y el pueblo. Distingue entre el pueblo de Dios y el “no pueblo”. Sacerdocio de los creyentes.
EL CUERPO DE CRISTO
Cada comunidad local como el cuerpo de Cristo es una iglesia completa. La iglesia como la creación del Espíritu: La iglesia es el lugar del Espíritu. La iglesia está subordinada al Espíritu. La estructura carismática de la iglesia: Los dones no se limitan a un grupo de personas. La iglesia es una: La unidad de la iglesia no se basa en la unidad de los miembros entre ellos, sino en la unidad de Dios.
PAPADO INFALIBLE
El debate que genero Küng, con respecto a la inefabilidad del papa, le costó muchas críticas y que se le clarificara, injustamente, como un autor antipapista. Küng reconoce la importancia que tuvo el papado en momentos claves de la historia; como en la conservación de la cultura grecorromana, en la unidad del cristianismo, y en la no absorción de la Iglesia por el estado. De acuerdo con Küng, ningún protestante podría negar en el N.T el primado de servicio de una sola persona en la Iglesia. Es decir, a priori, a las Escrituras, el primado de pedro sobre el resto está Justificado.
Lo decisivo está en que la definición debería entenderse en un primado de servicio, y no de dominio. La sucesión de Pedro según Küng no debería entenderse como un árbol genealógico, en el que por imposición de manos se nombra al sucesor, del sucesor. Sino que la sucesión debería considerarse como que el cumplimiento, accionar y servicio del sucesor sea un reflejo de los evangelios. Los fieles deberían ver en su líder quien lleva el primado de servicio, realmente la roca de la fe, en su vida y obras. En ese sentido estaría justificado su primado.
Ante la declaración de infalibilidad del papa por el Vaticano I en respuesta al liberalismo y antigalicanismo en 1870, envuelto en una época de restauración tradicionalista, absolutismo político y romanticismo; Küng destaca las tres tentaciones que puede tener un papa a la luz de la vida de pedro. La primera es situarse por en sima de los designios de Dios, cuando Pedro intenta persuadir a Jesús que evite la cruz. La segunda es sentirse tan seguro de su fe y terminar negándolo tres veces. La fuerza de la fe es un regalo de Dios. La tercera de creer que todas las relaciones con Dios deben pasar por su persona. La inmensidad de Dios no puede abarcarse por una sola persona ni representadas por alguien diferente a Jesucristo, que se adjudica la primacía sobre los otros hijos de Dios. Superadas estas tentaciones, el primado de servicio puede ejercerse con humildad, y será esencial para la comunidad de fe.
En conclusión, es preciso resaltar el esquema pneumático que pone en el centro a los carismas, destaca la importancia del Bautismo y comprende a la Iglesia desde la categoría Pueblo de Dios y no desde su cabeza visible, el Papa, ofreciendo una alternativa a un esquema jurídico netamente piramidal. Sin restar importancia a la consideración fundante del Espíritu Santo en el esquema de Küng, no podemos dejar de reprochar la “insistencia unilateral en la pneumatología” y en los carismas, lo que conduce a una distorsión de la economía sacramental tal como la entiende la Iglesia.
BIBLIOGRAFÍA
LA IGLESIA. Hans Küng. Editorial Herder Barcelona 1968.
LA IGLESIA CATOLICA. Hans Küng. Círculo de Lectores.
http://biblioteca2.ucab.edu.ve/anexos/biblioteca/marc/texto/AAS2143.pdf
file:///C:/Users/SANGERARDO/Downloads/Dialnet-MagisterioTeologia-3823019.pdf
H. KÜNG, ¿Infalible? Una pregunta, Buenos Aires, Herder, 1972.