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ECLESIOLOGÍA EN CHRISTOPH SCHONBORN



Biografía


El cardenal Christoph Schönborn, O.P., arzobispo de Viena y Ordinario para los fieles de rito bizantino en Austria, nació el 22 de enero de 1945 en lo que hoy es Skalsko, la República Checa. Después de salir de la escuela en el año 1963 se incorporó a la Orden Dominicana en Warburg. Estudió teología y filosofía en Walberberg en Bonn, Viena y París. El 27 de diciembre de 1970 fue ordenado sacerdote por el cardenal Franz Koenig en Viena. Estudió teología en Le Saulchoir, filosofía y Psicología de la Universidad de Viena, y Cristianismo bizantino eslavo en la Sorbona y teología en el Instituto Católico de París. Obtuvo una licenciatura en teología en 1971 y un doctorado en teología en 1974 en París.

De 1973 a 1975 fue capellán en la Universidad de Graz. Enseñó teología dogmática cristiana y oriental en la Universidad de Friburgo, Suiza. Fue miembro de la Comisión Teológica de la Conferencia Episcopal Suiza (1980-1991), la Comisión Suiza para el diálogo entre ortodoxos y católicos romanos (1980-1987), Comisión Suiza para el Diálogo entre católicos romanos y cristianos (1980-1984), International Comisión de Teólogos (desde 1980), y la Fundación "Pro Oriente" (desde 1984). De 1987 a 1992 ocupó el cargo de secretario de la comisión encargada de la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica.


El 11 de julio de 1991 fue nombrado Obispo titular de Sutri y Auxiliar de Viena y fue ordenado el 29 de septiembre de 1991. Posteriormente, fue nombrado Obispo Coadjutor de Viena el 13 de abril de 1995 y se convirtió en arzobispo de Viena, el 14 de septiembre de 1995.

En 1996 predicó los ejercicios espirituales de Cuaresma al Papa y a la Curia romana. Es autor de numerosas publicaciones.

Desde junio de 1998 es Presidente de la Conferencia Episcopal de Austria.

Creado Cardenal por el beato Juan Pablo II en el consistorio del 21 de febrero de 1998, con el título de Gesù Divin Lavoratore (Jesús Divino Obrero).


Miembro de:

- Congregaciones: para la Doctrina de la Fe, para las Iglesias Orientales, para la Educación Católica;

- Consejos Pontificios para la Cultura: para la Promoción de la Nueva Evangelización;

- XIII Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos; - Consejo Especial para Europa de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos.

Participa en el cónclave de marzo del 2013 como cardenal elector.



IGLESIA


El catecismo de la Iglesia Católica: ideas directrices y temas fundamentales


La importancia del CEC para la asimilación del CVII ha sido muy importante. Este documento dirigido por el cardenal Christoph Schonborn, muestra ejes fundamentales en una visión de Iglesia. Éste autor tiene varios escritos pero nos concentraremos en el catecismo, ya que, a mi modo de ver, este escrito nos ayuda a descubrir una eclesiología clara sobre el pensamiento de este Cardenal. En un primer momento se habla sobre la unidad de la fe y se nos dice que la unidad es uno de los cuatro atributos esenciales de la Iglesia. Puesto que la iglesia es: UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.


La fe es una porque, como dice Pablo, tenemos en común un solo bautismo y un solo señor. La unidad en la fe era y sigue siendo el motivo apremiante y conductor que llevó a los Obispos del sínodo de 1985 en breve espacio de tiempo a la convicción unánime de que hoy es deseable un libro de la fe, es decir, un Catecismo de toda la Iglesia. Lo que escribe el cardenal en el documento es que mirando veinte años atrás desde el final del concilio Vaticano ll, constataron que todavía quedaba por comprender y por realizar mucho de la gran visión de la Iglesia que había presentado el Vaticano ll. En el concilio se dijo que toda la Iglesia aparece como “un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Cipriano) (LG,4).


El Catecismo debe reforzar esta unidad que no tiene nada que ver con una uniformidad, pues se trata de aquella unidad que fluye hacia la Iglesia desde la unidad del Dios trino. Para presentar una construcción clara de Iglesia, es necesario presentar la totalidad de la doctrina católica de la fe y las costumbres lo más clara y coherentemente posible, pero ciertamente no es una tarea fácil, el Catecismo afronta este reto. Para poder presentar una cohesión de conjunto, se tomaron algunas decisiones fundamentales de vital importancia, a continuación el cardenal expone tres criterios que han determinado el plan de conjunto y su realización:

  1. Orientación por el principio de la “jerarquía de verdades”.

  2. Atención a la unidad de la tradición eclesial en el espacio y el tiempo.

  3. El “realismo” en la exposición de los contenidos de la fe.



1.La jerarquía de las verdades


En diciembre de 1989 se envió el proyecto del Catecismo a todos los obispos de la Iglesia universal, para que tomaran alguna postura y pudieran hacer sugerencias. Un parecer común era que este proyecto descuidaba el principio de la jerarquía de las verdades, dicho concepto fue empleado por el Concilio Vaticano ll, pero no era bien entendido por varios. El cardenal Ratzinger lo ha expuesto repetidas veces: la “jerarquía de verdades” no se ha de comprender como un “principio de sustracción”, como si pudiera reducirse la fe a algunos puntos esenciales, mientras que el resto, como menos importante. La “jerarquía de verdades” significa más bien un principio orgánico de estructuración, que no puede ser confundido con los grados de certeza.

La “jerarquía de verdades” significa que las diversas verdades de la fe están agrupadas en torno a un punto central y, a partir de él, se hallan ordenadas entre sí, pero no que las verdades que no se hallan en el centro serían por ello menos verdaderas. El principio de la “jerarquía de verdades” debía ser determinante en la estructuración de todo el Catecismo. Tres criterios eran particularmente importantes a este respecto:

  1. El misterio de la Santísima Trinidad como punto central de la jerarquía de verdades.

  2. El acceso Cristo céntrico.

  3. La estructura orgánica de conjunto, que se refleja en su disposición cuatripartita.



a)El misterio de la Trinidad


En este primer aspecto se dice que “el misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana”, es el misterio de Dios en sí mismo. Es la fuente de todos los otros misterios de la fe, es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la “jerarquía de las verdades de fe”. Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados de El por el pecado, y se une con ellos.


El Catecismo sigue la indicación del Directorium Catecheticum Generale, en cuanto que de forma ininterrumpida está construido trinitariamente. Desde el primer párrafo, la dimensión trinitaria está en el punto central. Es la perspectiva de conjunto del Catecismo, pues se encuentra en el centro de la fe cristiana. Todo lo que hay que decir sobre la fe y la vida del cristiano se orienta a este punto central: la comunión de vida con la Santísima Trinidad. Karl Rahner se quejó repetidamente ya a comienzos de los años cincuenta de que la teología y la piedad católicas hubieran olvidado la dimensión trinitaria.



b. El misterio de Cristo


El segundo aspecto de la jerarquía de las verdades es el misterio de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. El acento cristocéntrico del Catecismo no se opone a la visión trinitaria: el Padre es revelado y el Espíritu Santo es otorgado por medio de la encarnación del Hijo eterno, por medio de su vida, su muerte y su resurrección. Para ser trinitaria, la catequesis tiene que ser cristocéntrica, por eso, en la introducción del capítulo cristológico (426-429) se recalca que cristo es “el centro de la catequesis”. Con lo anterior se dice que el fin de la catequesis es: Conducir a la comunión con Jesucristo: sólo él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad.



c. La construcción cuatripartita del Catecismo como estructura orgánica de conjunto


un tercer aspecto es: la construcción externa del Catecismo. El cardenal Ratzinger formuló claramente esta opción en su conferencia de 1983 pronunciada en París y Lyon: la estructura de la catequesis, resulta de las realizaciones vitales fundamentales de la Iglesia, que corresponden a las dimensiones esenciales de la existencia cristiana. Estos elementos vitales de la Iglesia son: la confesión apostólica de fe, los sacramentos, el decálogo y la oración del señor. Estas cuatro piezas capitales, de la catequesis han bastado a los siglos como elementos de estructuración y como puntos de convergencia de la enseñanza catequética. El Catechismus Romanus exponía lo que el cristiano ha de creer (Símbolo, lo que ha de esperar (Padre Nuestro) y lo que ha de hacer (decálogo como interpretación de las formas del amor), y se delimita el espacio vital en el que todo esto está anclado (Sacramento e Iglesia).



2. La unidad de la tradición eclesial en el espacio y en el tiempo


Se sabe que el proyecto como también el texto final publicado, fueron criticados, porque el uso de la Escritura y al tradición no correspondía a criterios científicos. Se analiza cómo debe emplearse la Escritura y cómo la tradición de la Iglesia. Lo primero es saber que el Catecismo sigue los principios que expuso el Concilio Vaticano ll, la unidad de la tradición, incluida la Sagrada Escritura, es junto con la jerarquía de verdades, e inseparablemente de ella, una ulterior idea directriz que ha determinado la concepción y la realización del CEC. El Papa Juan Pablo ll dice que la exégesis católica “debe y tiene que ayudar ante todo al pueblo cristiano, a captar más claramente en los textos la palabra de Dios” (Núm. 9).


Otra condición es la fidelidad a la Iglesia y ser fiel a la Iglesia colocarse resueltamente en la corriente en la corriente de la gran tradición. Esta corriente asegura, bajo la guía del Magisterio, una particular asistencia del Espíritu Santo, la Sagrada Escritura no existe sin la Iglesia. La verdad histórica se disuelve cuando se abandona el suelo dogmático de la fe eclesial. En las décadas pasadas, una poderosa corriente de la exégesis protestante intentó levantar una posición entre el llamado “Jesús histórico” y el “Cristo de la fe”. Desde el comienzo, la comisión pontificia para el Catecismo se decidió por otro acceso: la catequesis tiene su suelo firme en la vida de la Iglesia, particularmente en la liturgia. Al celebrar el año litúrgico recordamos acontecimientos reales, históricos, que al mismo tiempo son profundos misterios: los actos divino-humanos de nuestro Señor, que es verdadero Dios y verdadero hombre.



3.El realismo en la exposición de los contenidos de la fe


En el prólogo del Catecismo se dice: El acento de este catecismo se pone en la exposición doctrinal. Quiere, en efecto, ayudar a profundizar el conocimiento de la fe. Por lo mismo está orientado a la maduración de esta fe, su enraizamiento en la vida y su irradiación en el testimonio. El Catecismo se impone una doble tarea: debe exponer claramente la doctrina y al mismo tiempo ayudar a vivir más profundamente esta fe y a testimoniarla más resueltamente. El cardenal John Henry Newman dice: “El cristianismo es creer: el creer implica doctrina, la doctrina implica proposiciones”.

Los enunciados de fe forman un todo doctrinal al que la lengua cristiana designa “depósito de la fe” (depositum fidei). Pregunta Newman “¿Qué es el depósito de la fe?”, “es lo que se te ha confiado, no lo que tú has descubierto; lo que has recibido, no lo que tú has ideado; no cuestión de astucia, sino de doctrina; no de uso privado, sino de tradición pública” (Essays Critical and Historical, 1,125-126). El CEC querría ayudar a guardar y a transmitir el depósito de la fe. La Iglesia tiene la obligación, pero también el derecho, de expresar la plenitud, la riqueza y la belleza de la fe, con este fin ofrece la Iglesia universal en el CEC un incomparable y auténtico “banco de datos” de la doctrina católica.



Cibergrafía:

  • http://www.vatican.va

  • http://www.lavozdegalicia.es/temas/el-nuevo-papa

  • http://www.bnaibritheurope.org/bbeurope/en/news/news-of-the-lodges/475-bnai-brith-europe-honours-cardinal-schoenborn

  • http://www.traditioninaction.org/revolutionphotos/a548-schon.htm

  • http://www.infovaticana.com/2013/07/12/quien-eschristoph-schonborn


 
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